Parada en el camino...
La parada no durará demasiado, ya que mañana vuelvo a irme, pero esta semanita que he estado fuera ha valido la pena. Estuve de monitora en un campamento con niños de 4 a 8 años, , aunque daban mucho trabajo porque tenías que hacerles todo (desde bañarlos, darles de comer, hacer que se durmieran, vestirlos, y demás) me han regalado deliciosos momentos que hicieron que el cansancio se hiciera más llevadero. Desde luego, ha valido la pena, y el año que viene, quiero volver a verlos. A pesar de lo agotada que vuelves el último día, son tan graciosos, y tienen unas salidas tan inesperadas, que te cogen desprevenida, y a veces, incluso para reñirles tienes que hacer un esfuerzo y controlar la risa. En fin, que he sido una buena experiencia.
Y después de mi primer viajecito, ha llegado el momento de reposar, pero durante muy poco tiempo, ya que mañana me dirigiré hacia mi siguiente destino. No he tenido mucho tiempo para recuperar de todo el sueño, ¿para qué negarlo?, pero sí lo suficiente como para poder seguir el verano con ganas. Está claro que se le pueden sacar horas al sueño, pero antes o después habrá que compensarlo, y puesto que ese momento ha pasado ya, toca levantar la cabeza y seguir disfrutando del sol (que, por cierto, este año nos está siendo un gran regalo) y de las vacaciones libres de exámenes y demás parafernalia. Este tiempo de relax en mi casita me ha bastado para pensar con sensatez, cosa que llevaba desde que el cansancio me superaba sin hacer, y me ha ayudado a ver las cosas de un modo más objetivo. Querría dejaros con algo durante mi siguiente ausencia, así que ahí va...
NOCHE DE VERANO
Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
(A. Machado)
Y después de mi primer viajecito, ha llegado el momento de reposar, pero durante muy poco tiempo, ya que mañana me dirigiré hacia mi siguiente destino. No he tenido mucho tiempo para recuperar de todo el sueño, ¿para qué negarlo?, pero sí lo suficiente como para poder seguir el verano con ganas. Está claro que se le pueden sacar horas al sueño, pero antes o después habrá que compensarlo, y puesto que ese momento ha pasado ya, toca levantar la cabeza y seguir disfrutando del sol (que, por cierto, este año nos está siendo un gran regalo) y de las vacaciones libres de exámenes y demás parafernalia. Este tiempo de relax en mi casita me ha bastado para pensar con sensatez, cosa que llevaba desde que el cansancio me superaba sin hacer, y me ha ayudado a ver las cosas de un modo más objetivo. Querría dejaros con algo durante mi siguiente ausencia, así que ahí va...
NOCHE DE VERANO
Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
(A. Machado)
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